Aunque históricamente Pisa nunca cayó, basada en la decadencia y desaparición del imperio romano, esta triste imagen de una visión personal de cómo pudo ser el fin de la gigante Roma siglos después.
Muy lejos de ser una escena tridimensional como a primera vista parece, se trata de un fotomontaje al estilo más clásico de recortar fotos reales y pegarlas en un nuevo contexto, pero llevado al extremo consiguiendo que cada elemento por diferente que sea contenga la misma escala, ángulo e iluminación. Se han utilizado unas diez fotografías obtenidas de diversos buscadores de internet. Cada una de un origen calidad y estilo diferentes. Las torres por ejemplo, no son más que fotografías domésticas de turístas. Para el suelo se han utilizado numerosas texturas filtrando un patrón de repetición.
Con un sencillo efecto de niebla por capas y cuidando la luminosidad de los elementos, se realza el efecto de profundidad necesario para este tipo de imágenes. Tras unas ocho horas de trabajo, una rápida postproducción para armonizar los tonos de los dispares elementos terminarían la obra.
Muy lejos de ser una escena tridimensional como a primera vista parece, se trata de un fotomontaje al estilo más clásico de recortar fotos reales y pegarlas en un nuevo contexto, pero llevado al extremo consiguiendo que cada elemento por diferente que sea contenga la misma escala, ángulo e iluminación. Se han utilizado unas diez fotografías obtenidas de diversos buscadores de internet. Cada una de un origen calidad y estilo diferentes. Las torres por ejemplo, no son más que fotografías domésticas de turístas. Para el suelo se han utilizado numerosas texturas filtrando un patrón de repetición.
Con un sencillo efecto de niebla por capas y cuidando la luminosidad de los elementos, se realza el efecto de profundidad necesario para este tipo de imágenes. Tras unas ocho horas de trabajo, una rápida postproducción para armonizar los tonos de los dispares elementos terminarían la obra.